lunes, 12 de julio de 2010

Un sueño que pudo haber sido eterno


La noche de anoche, fue una noche(valgan todas las redundancias del mundo) de esas noches que de una u otra manera dejan huellas en mí. Resulta que anoche, siguiendo con las redundancias, mientras disfrutaba de un ambiente natural y ameno por las cercanías de la Avenida Independencia, observaba detenidamente al niño que ilustra este post, dormido en las aceras de una de las calles que enlaza con la popular avenida, al parecer vencido por los afanes y vaivenes del diario vivir, éste fue atrapado por la inclemencia del cansancio.
Mientras el niño dormía profundamente, los vehículos circulaban con frecuencia muy cerca de él, tan así que con su sólo despertar podría fàcilmente ser atropellado, ya que durmiendo como él lo hacía, sin duda algunas despertaría de una forma repentina, ni siquiera sin percatarse en qué lugar estaba.
Al verlo dormir tan cerca del peligro, en ocasiones sentí la necesidad de acudir hacia él y despertarlo, pero siendo honesto no me atreví, me limité a tomar la foto, regresando a mi silla de origen haciéndole el comentario a una buena samaritana que sí tuvo el valor que yo no tuve de ir hacia el niño y despertarlo de un sueño que pudo haber sido eterno.

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